En una sartén, cocinamos a fuego lento el bacon en trocitos con un poquito de aceite de oliva hasta que esté dorado. Sacamos del fuego y dejamos la mezcla en un papel absorbente para retirar el exceso de aceite.
En la misma sartén que hemos utilizado, freímos el ajo y la cebolla hasta que esta última esté transparente. Añadimos el azúcar, el comino, la cayena, el café, el vinagre y el sirope de arce y cocinamos a fuego lento hasta conseguir una mermelada.
Lo Guardamos en un tarro o lo servimos directamente.