En una olla mezclamos el azúcar y el vinagre y lo llevamos a ebullición hasta que el azúcar se disuelva. Añadimos el resto de ingredientes y cocinamos a fuego lento durante unos 45 minutos, hasta que espese un poco. Recordad removerlo de vez en cuando.
Ponemos la mezcla en un envase de cristal, dejando un centímetro libre por la parte superior. Cerramos. Cuando esté a temperatura ambiente, lo conservamos en la nevera.